El equipo aragonés sucumbió ante el
anfitrión, el conjunto económicamente más potente de la competición, que
demostró su poderío y experiencia ante un Casademont Zaragoza que tuvo una
noche horrenda porque nunca salió a relucir la esencia que mostró desde la
pasada temporada y se perdió en un juego demasiado individual en ataque y sin
fortaleza en defensa.
El conjunto maño, que necesitaba mostrar su
mejor nivel como lo hizo en los cuartos de final contra el Iberostar Tenerife,
no pudo repetir el gran partido que realizó frente a los insulares, algo que
era obligado teniendo en cuenta la entidad del oponente y sus individualidades.
El equipo aragonés pareció salir intimidado
al partido por la entidad del rival ya que sus seis primeros tiros fueron
errados ante la fuerte presión defensiva de su rival y en defensa no conseguía
frenar la calidad helena.
Linos Chrysikopoulos lideraba el ataque de
los propietarios del terreno con tres triples que, poco a poco, se fueron
distanciando aprovechando las pérdidas (hasta cinco) de los aragoneses y su
falta de acierto ofensivo pues solo el argentino Nico Brussino veía aro y
sustentaba a los suyos, pero aun así el primer cuarto acabó con una diferencia
de 11 puntos (26-15) para los atenienses.
Y si las cosas no habían funcionado en los
primeros diez minutos la situación fue a peor en el siguiente acto en el que el
conjunto "rojillo" seguía blando atrás, sin llegar a puntear y
queriendo forzar demasiado las situaciones en ataque de manera individual, lo
que elevó la ventaja hasta los 19 puntos en un par de ocasiones para acabar
marchándose a 21 al descanso (53-32).
El AEK mostraba un gran acierto en los
triples (53 %) lo que dejó el partido sentenciado muy pronto porque el
Casademont solo alcanzó un pírrico 29 % en tiros de campo.
La segunda mitad fue un sufrimiento continuo
para el equipo zaragozano al que los nervios y la precipitación por querer
remontar le llevaron a seguir cometiendo errores y facilitando que el AEK
alcanzara la final de una manera plácida y con un letal Rice desatado ante el
aro rival.
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