A
raíz de la conferencia que tuvo lugar el año pasado, en la que Arturo Manuel
Gómez Quijano presentó su libro “Manual urgente de periodismo en tiempos de redes
sociales”, me he dado cuenta de que una cara de extensión para explicar
su perfil, se queda corta para informar sobre uno de los mejores profesores que
he tenido a lo largo de los últimos cuatro años de carrera, sino el mejor.
Arturo
pertenece al Departamento de Periodismo y Nuevos Medios de la Facultad de Ciencias de la Información de la
Universidad Complutense de Madrid, es miembro electo para la Junta de la
Facultad en representación del colectivo de profesores no permanentes y
coordinador de cursos de expertos en comunicación.
Como bien dice su amigo Jesús, que interviene en la
conferencia, en lugar de mirar lo que él dice, hay que ver lo que hace, y es
verdad porque todos los que intervienen tienen nada más que palabras de
agradecimiento hacia su persona.
Fernando
Quirós, profesor de periodismo y nuevos medios, dice que “si algo tiene Arturo es
que es completamente polifacético, es un verdadero vocacional de la enseñanza y
es versátil. Es uno de los profesores mejores valorados por los alumnos, por
los esfuerzos que hace para que haya una conexión de los alumnos con la
profesión periodística”.
Según
Fernando Más, “Arturo es inagotable y agotador porque se ha convertido con el new
paper, en uno de los profesores más interesantes de la universidad porque la ha
dinamizado con sus iniciativas. Es importante llevar el periodismo a las aulas
y creo que Arturo por eso es admirable”.
Desde
mi punto de vista, ha cambiado el concepto de dar las clases, porque es el
primer profesor que he tenido que llama a periodistas, para que nos expliquen
cómo ha sido su vida hasta llegar al lugar en el que están ahora. Como bien
dice su amigo Jesús, ha conseguido llevar a clase a las mejores “espadas” del
periodismo español.
El
último en intervenir fue Agustín Martínez, su mentor en la universidad, quién
con esta frase dijo mucho de Arturo, “no he sido cobero nunca, no le ha dado
coba a nadie pero no me queda más remedio que dártela porque eres una persona
excepcional”.
Cuando
llegó Arturo a la facultad se la encontró anclada a muchos lugares ajenos a la
profesión, como a él le encantan los negocios, y los negocios son una solución
para los problemas, nosotros como profesionales tenemos que buscar soluciones a
los problemas porque nos llaman y contratan para buscar soluciones.
Ve
que en la definición del problema está la solución, y en esta parte del
problema ya estaba la solución que era conectar la profesión con los
estudiantes, y que había que hacer tres cosas que están unidas por lo que se
llama el triángulo mágico:
- - Traer
a los profesionales a clase para que cuenten a los estudiantes cosas.
- - Sacar
a los alumnos de la universidad porque solamente la calle tiene la potestad de
dar carnets de periodismo.
- - Traer
lo último a la facultad porque tiene que ser el centro entre la profesión y los
estudiantes que se van a convertir en periodistas. En definitiva, hay que dar a
los alumnos oportunidades para que puedan aprender y crecer.
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